Ya están aquí otras elecciones |
Los debates
electorales se han vuelto el hit postcomicios desde que hace unos 25 años dos
políticos de bloques opuestos dieran el pistoletazo de salida a esta modalidad
que hoy día es una constante: Felipe González, como representante del PSOE, y
José María Aznar como cabeza del PP.
Este hito de
nuestra historia actual tuvo lugar un 24 de Mayo de 1993, cuando nos pusimos
frente al televisor en masa para presenciar el primer debate televisado. En la
actualidad, copan parrillas televisas como si de series se ciencia ficción se
tratasen mientras cinco señores hablan de temitas.
La táctica
del ataque feroz al presidente del gobierno de turno ya se hacía desde este
momento histórico evidentemente, lo que ha cambiado ahora es la forma de
atacar. Y para muestra el adoquín de Ribera.
Hemos pasado
de dos rivales claros cara a cara, a cinco individuos que basan su estrategia
en la técnica que todos empleábamos cuando apenas éramos unos críos: el “y tú
más”. Todos saben que tienen algo en su historial por lo que pueden ser
reprochados, pero de ingenio parece ser que andan justitos.
Una de las
diferencias más marcadas es la distinción entre la izquierda y la derecha. En
la España del bipartidismo, la decisión de qué papeleta meter en la urna era,
por simplificarlo muchísimo, a un 50%.
Hoy en día,
ese bipartidismo que parecía haberse aferrado en nosotros, ciudadanos, como
Sánchez a la Moncloa, ha quedado fragmentado hasta el punto de que no somos
capaces de identificar a los partidos políticos de peso en nuestro país con un
color o tendencia política.
Vuelven los
debates electorales y con ellos nuevas elecciones, porque los que dicen velar
por los intereses ciudadanos se han dedicado durante meses a demostrar quien la
tiene más larga – y buen ejemplo de ellos es el debate del 4N donde todos los
representantes de los partidos son hombres – en vez de sentarte y ceder para
evitar esta situación.
Si pusieran
el mismo empeño en pactar y en hacer su trabajo que en pensar en las tonterías
que se acabarán convirtiendo en carne de meme durante las campañas electorales,
seríamos la primera potencia mundial, no me cabe lugar a duda. Sin hacer
distinciones por cargos o ideales políticos.
Las caras visibles del fracaso político |
No obstante,
las peleillas personales entre los líderes de los distintos partidos frenan el
desarrollo de nuestro país. Más de 6 meses de bloqueo político, más de 190 días
sin gobierno. Vamos a la deriva, vivimos momentos convulsos, hasta el punto de
que tenemos pavor a enfermar por si perdemos el trabajo que no nos permite ni
llegar a fin de mes.
Rompiendo
récords que solo dan vergüenza y hastío, dejándonos sin los presupuestos necesarios
para planificar las partidas de sanidad, educación, dependencia, pensiones y un
largo etcétera de indignación. Ahora bien, sus sueldos, sus dietas, sus coches
oficiales, intactos mientras nos comentan que son tiempos difíciles para todos.
Así que, sin
tener yo derecho alguno a pediros nada a aquellos que dedicáis un tiempo a leer
mis enfados, os insto a ir a votar el próximo 10 de noviembre y en todos los
comicios que estén por venir, que apunta la cosa a que esto todavía no ha hecho
más que empezar.
Y no os pido
esto por el beneficio de los políticos, nada más lejos de la realidad, sino
porque me consta que nosotros como ciudadanos vamos a hacer nuestro trabajo
como nos corresponde, que no es otro que votar y aprovechar un derecho básico
que tanto nos ha costado alcanzar a los que conformamos la clase media. ¡A las
urnas camaradas!
PD: Por si todavía no tenéis muy claro la diferencia entre voto nulo, voto en blanco y abstención, echar un vistazo a este enlace.