En un mitin político (la función), el actor o actriz principal de la compañía de teatro (el partido político), quien la preside, micrófono en mano, nos hace un monólogo motivador y de propuestas de cambio (o sea, nos da un "discurso guionizado" en toda regla). También es habitual ver al intérprete acompañado de figurantes o actores secundarios (compañeros de partido) que dan más credibilidad si cabe a la obra. Pero también tiene bellas y sinceras palabras para el antagonista de su obra (el oponente político), a través de las cuales nos recuerdan que si su equipo ha hecho cosas no del todo buenas, los oponentes son el demonio hecho carne - el "y tú más" de toda la vida, vamos. Ahora bien, nos falta un componente esencial sin el cual nada de esto sería posible: el espectador, la audiencia, o dicho en el lenguaje del político teatralizado, los posibles votantes.
Corral de comedias (Almagro) vs Mitin Político |
¿Veis la semejanza entre unos y otros? Cada vez que un miembro de la política tiene la oportunidad de alzar la voz en aras de su partido y su ideología, nosotros los ciudadanos/votantes solemos asistir a un espectáculo sin precedentes, a una función que nos distrae del verdadero asunto. Y es que no podemos olvidar que la política es espectáculo, como bien nos demostraron el pasado 21 de noviembre en una sesión de control del Congreso de los Diputados, en la que se supone el ministro del Exterior, Josep Borrell fue escupido por el diputado de Esquerra Republicana Jordi Salvador. Seguramente hayáis visto el vídeo del momento del que os hablo infinidad de ocasiones pero, ¿sabéis que hacían los protagonistas de la historia en ese preciso instante? ¿Sobre qué discutían para llegar a esa situación? Si os ponéis a pensarlo a más de uno y a más de dos les costará responder a estas sencillas preguntas? Eh aquí, la magia de la política, al final la noticia se ha focalizado en sí hubo o no escupitajo.
Pero la cosa no acaba aquí ni mucho menos. Inundan nuestras calles de carteles propagandísticos, inundan nuestros buzones con cartas de colores, inundan nuestros pueblos de visitas; intentar comprar nuestro voto con los típicos productos chorras de promoción (bolígrafos, gorras, mecheros ...), intentar hacernos creer que las ingentes cantidades que invierten en las campañas electorales no podrían destinarse a otra finalidad más precisa, intentan mantenernos distraídos y que no podamos pensar por nosotros mismos. Y para más inri la nueva fórmula que tienen preparada para un futuro, al parecer, no muy lejano para captar posibles votantes es mandarnos propaganda directamente a nuestros móviles. Coger nuestros datos personales y bombardearnos con eslóganes y promesas que no llevan a ningún lado.
Queridísima clase política, os conocemos de sobra, no necesitamos ver vuestras caras en cada una de las farolas que existen para saber cómo sois y que pensáis. El buen político tiene que demostrar con hechos aquello que promete en campaña, el buen político tiene que ayudar al ciudadano y no ser un miembro más de los casos de corrupción que recorren la geografía española, el buen político busca soluciones y no se dedica a rebuscar en la mierda del oponente para creerse mejor que él.
Estas son las palabras de todos aquellos que sentimos que nos toman el pelo a diario. Soy consciente de que en estas mismas palabras recurro al uso de la generalización, y tiene una explicación. Lo hago de esta manera porque soy consciente de que no todos los políticos se urden de estas mañas para engañar a la ciudadanía española, y es precisamente a estos políticos a los que hago un llamamiento de desesperación: ¡regeneración política ya! Y no nos vale caras jóvenes con las mismas formas de actuar, como estamos viendo actualmente en el panorama político español; ¡La política no es un oficio para enriquecerse!, quien quiera hacerse millonario que se busque la vida por otros caminos; ¡Prioricemos el sector público frente a lo privado! que para eso pagamos nuestros impuestos, y lo más importante ¡dejen las funciones de teatro para los profesionales de este maravilloso oficio! el político tiene otra muchas cosas que hacer antes que dar espectáculo.
Señoras y señores, esto es todo por ahora. Se baja el telón, termina la función. Hasta los próximos comicios.
PD: Desde aquí pido perdón a los profesionales del teatro, que tanto curran y tantos kilómetros se meten en el cuerpo para llegar a los espectadores. Todo mi respeto, no hay ningún ánimo de ofensa. Al contrario, habéis sido mi fuente de inspiración, mi vía para expresar mi opinión con respecto a esta temática.